martes, 9 de diciembre de 2008

terapiah..

Lamento VI
Tengo el cuerpo vencido, abierto de matarife, al crepúsculo de la coherencia mi sentido alucina con deformidades y torciones, el maquiavélico soporte de este cuerpo hinchado en medicinas inaugura la ceremonia de mis destierros, como pecadora impune de mis ilusiones transitorias, que no son ni nunca fueron como los sacerdotes me susurraban. Acumulo pesos inestimables en mi sendero de culpas, pero no tengo derecho a sacrificar esta hambruna de dioses. Escondida en la abulia que marca el peregrinaje de mis adyacentes, estimo que he fracasado en el escrupuloso intento por amar. Pierdo la ignorancia de las monjas y produzco el suicidio espontáneo de esta patria maligna que soy, el final del combate que no debí librar, porque me faltaba el pertrecho de la desencia, el producto inexpugnable al que jamás llegué. Pálida entre tus luces momentáneas, perezco quebrada de soledad y estimulo el último residuo de razón para suprimir esta ventizca de marginalidades y bajar al destierro conceptual, terminar esta ira de insatisfacciones y encontrar tu lumbre en mi muerte, porque en este sitio solo he arrullado mi imagen en tu imagen.
Ursula Starke
p.p.t.
Uno, dos, y mas poemas es lo que necesito, seguiré leyendo.

Talvez Uno, dos, y mas lamentos o discursos es lo que preciso, para seguir jugando entre la lluvia, y que no sea ella la que me encuentre desprotegida, ya entonces en esta época, no aguantaría que ella jugara conmigo, y no yo con ella..

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