Objetos perdidos
Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos.
Una cifra vigilante y sigilosa
va por los arrabales llamándome y llamándome,
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo,
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco.
Cortazar
vendas de polyester.
varias horas han pasado. y que hago?
con un capullo ya descompuesto.
la tela muerta un dia se vengara
de mi, de todas mis fechorias,
de todas las manchas de cafe.